Puno Celebra la Ancestral «Fiesta del Pan»

En la zona sur de la región de Puno, la población se prepara para participar en la celebración de costumbres ancestrales que marca el inicio de cada año. Con el objetivo de promover el turismo y fortalecer la identidad cultural, cada pueblo en esta parte del altiplano puneño aporta con sus peculiaridades a esta festividad.

Un ejemplo destacado es el «roscasiri» o «roskasira» (Fiesta del pan), una tradición arraigada en algunas zonas fronterizas del sur del departamento, como Pomata y Yunguyo. Esta celebración, es un acto de agradecimiento a los tenientes y tenientas gobernadores que cumplieron con su labor en el año anterior en sus comunidades.

Familiares, ahijados, compadres y el público en general participan en esta expresión de gratitud, preparando panes de diversos tamaños y figuras para cubrir a sus autoridades. Este gesto simboliza la abundancia en las comunidades aimaras.

En la provincia fronteriza de Yunguyo, el año nuevo se inicia con el tradicional «roscasiri». Esta actividad se lleva a cabo en diversos distritos y es un gesto de reconocimiento por la labor encomendada por parte de familiares, padrinos, ahijados, compadres y otros allegados, que rodean a las autoridades salientes con ofrendas de pan.

En el distrito de Pomata, provincia de Chucuito-Juli asumirán el cargo en el primer día del 2024 con la tradicional “Fiesta del pan” asegurando las bendiciones, abundancia, prosperidad.

En tanto, en la localidad de Juli, provincia de Chucuito, desde las primeras horas del primero de enero de 2024 se celebrará una misa en la iglesia principal dirigida por el obispo Ciro Quispe López. La misa marca el retorno del “Niño Manuelito” a la capilla de Hualluni.

En esta ceremonia litúrgica participarán los nuevos tenientes gobernadores de los cabildos de Huancollo, Chambilla, Mucho y Ayanca, quienes iniciarán sus funciones como autoridades originarias en sus respectivos pueblos.

Posteriormente, el “Niño Manuelito” será llevado en procesión por las principales calles de Juli hacia su altar en la capilla, donde será guardado hasta el próximo año acompañado de cánticos al ritmo de sikuris, promovidos por los alferados.