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Campaña Busca Recursos para Poner en Valor Cahuachi
6 julio, 2023

Campaña Busca Recursos para Poner en Valor Cahuachi

Cahuachi es un gran centro ceremonial de adobe de la época prehispánica que impresiona al visitante. Una verdadera joya arqueológica. Hoy se ha iniciado una campaña para recolectar fondos con el objetivo de ponerlo en valor y continuar las investigaciones. Conozcamos los alcances de esta cruzada y la importancia del sitio arqueológico.

La mañana es soleada en Cahuachi. A esta hora, en la “zona A” del enorme centro ceremonial de adobe en la región Ica, casi no hay turistas. La mayoría de los visitantes llega por las tardes, después de sobrevolar las líneas de Nasca.

“Cahuachi es importante para comprender lo que tiene el Perú. Es una de las joyas mundiales. Es el único centro ceremonial en adobe más grande del mundo”, dice el investigador italiano Giuseppe Orefici.

En más de 40 años dedicados a Cahuachi, el también director del proyecto Patronato del Centro de Estudios Arqueológicos Precolombinos (CEAP) y el Museo Antonini de Nasca ha puesto los nombres a muchos de los espacios de Cahuachi, corazón de la cultura Nasca, la creadora de las líneas de Nasca.

En 1982, el arquitecto y arqueólogo italiano inició el Proyecto Nasca, en esta zona de la región Ica, viendo “lo que podía hacer en Cahuachi, que ya conocía desde 1980”.

Adiós a la floresta

Orefeci llegó aquí, después de trabajar en el Cusco y en las selvas del Perú, Bolivia y Brasil. Recuerda que Cahuachi, por entonces, estaba cubierto por “grandes florestas de guarango”, pero por hacer carbón destruyeron el guarango y, desde entonces, “no se ha reproducido más esta flora”. El guarango estaba muy presente desde tiempos de los nascas: hay estacas e instrumentos elaborados de este madero.

“Cuando llegamos, me interesaba muchísimo empezar un trabajo en Cahuachi para que la agricultura no se apoderara de toda el área. Aquí estaban poniendo canaletas”, recuerda Orefici, de 77 años de edad. Considera que cumplió con su objetivo. “Hemos podido preservar Cahuachi”, dice.

El historiador Josué Lancho, que ha visto pasar por Nasca a decenas de arqueólogos de todos los países, nunca olvidará la primera imagen que tuvo, a inicios de los ochenta, a Orefici en Cahuachi: un hombre que atravesaba el desierto infinito cabalgando un caballo.

“A mi juicio, Giuseppe ha sido el único arqueólogo que ha trabajado en forma continua y ordenada sobre la civilización Nasca. Trabajar 40 años sobre un sitio, ya te convierte en una autoridad. Él ha comprendido mejor la parte arquitectónica. Al ser arquitecto y arqueólogo, ve las cosas de repente más prácticas en forma estructural. Me hubiera gustado, en paralelo, un trabajo más de antropología, porque el sociólogo, el antropólogo le da una interpretación al elemento muerto”, opina Lancho.

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