Por José Enrique Marsano: La Carencia del Planeamiento en el Perú

José Manuel Enrique Marsano Delgado
Josemarsano@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9290-2260

Recuerdo que hasta comienzos de los años 90 del siglo pasado, existió en el país el Famoso Instituto de Planificación, el mismo que fue desactivado a mí entender por temores de confundir la planificación imperativa propias de los países llamados comunistas, con otra indicativa que los países en donde se practicaban las reglas de libre mercado  siempre la han puesto en práctica.

Es cierto, que dicha institución durante la década de los setenta, se convirtió en un ente político al servicio del gobierno de turno perdiendo su perspectiva técnica y en la que si se sesgó hacia una visión de planificación imperativa desde donde se pretendía implementar políticas de Estado carentes de una real justificación económica, en la que la visión predominante era la de convertirnos en un país autosuficiente en mayor parte de la producción de bienes y servicios, desconociendo las reglas económicas de las ventajas comparativas y competitivas. Ello por cierto produjo un desahorro en el país con la fuga de capitales peruanos que migraron a países vecinos, los cuales se vieron beneficiados con inversiones frescas que contribuyeron a un crecimiento de sus economías.

Lo antes expuesto sin embargo no debió de obligarnos a dejar de tener un instituto de planeamiento que nos ayudara a diseñar políticas macroeconómicas de Estado concordantes con la realidad económica de la gran mayoría de los países del mundo. Descargando de esta obligación a los organismos del ejecutivo, como son los ministerios. La función primordial de estos últimos debe de ser la de ejecutar las políticas de Estado aprobadas para cada sector, en concordancia con el legislativo.

Como consecuencia de ello, nos  venimos manejando por más de veinticinco años con políticas de Estado de primera generación creadas hasta mediados de los noventa. Lo que hoy denominamos como un “Manejo Económico en Piloto Automático” sin haberse realizado políticas de segunda y tercera generación en la mayoría de los ámbitos que son funciones del Estado.

La pandemia que nos ataca y que viene dañando severamente la salud de nuestra población, así como el creciente empobrecimiento de la misma, es pues consecuencia de no tener un Estado previsor que entienda que el planeamiento es un instrumento fundamental de gestión para el crecimiento y desarrollo económico, que al no contar con el mismo lo convierte en un ente desarticulado carente de un norte, que prevea salud, educación, inversión y salvaguarde a las empresas de un daño financiero y económico. Las consecuencias serán bastantes severas para el país. Hasta la próxima.