Por José Enrique Marsano: Los Créditos Reactiva Perú y las Empresas Turísticas

José Manuel Enrique Marsano Delgado
Josemarsano@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-9290-2260

Son muchas las voces de empresarios encargados de la gestión de empresas en el país y en especial a las del sector turismo, que señalan que el flujo de caja de sus empresas no dará para el reembolso o pago de capital y servicio de la deuda de los créditos reactiva y sus derivados.

Ya habíamos señalado que para el diseño de estos tipos de créditos era necesario el trabajar dentro de un contexto de línea de tiempo en la que debían de intervenir no solo técnicos del Ministerio de Economía de Finanzas (MEF) sino un equipo polivalente en donde considerábamos a médicos científicos, que podía dar un derrotero con objetividad con referencia a la pandemia del COVID y las posibilidades de atenuar sus dañinos impactos en la salud de la humanidad, específicamente del caso peruano, así como el nefasto impacto en nuestra economía.

Y era necesaria la fijación de la línea del tiempo debido a factores exógenos al empresariado, como era el probable tiempo prudente, en búsqueda de vacunas, lo que implicaba el desarrollo de investigaciones serias en un tiempo relativamente corto si la considerábamos con otras investigaciones de males que afectaban a la humanidad para los cuales se desarrollaron los antídotos del caso.

Dicho esto, a la fecha en el mundo desarrollado ya se cuentan básicamente con dos o tres vacunas, con un margen de seguridad del 95%. Buena noticia. Pero aún en dicho mundo existe la incertidumbre del tiempo medio de duración de la inmunidad en los individuos.

Dicho lo anterior, nos preguntamos si el esquema crediticio ofrecido por el Perú a efectos de dotar de capital de trabajo a las empresas era el más adecuado y obviamente que la respuesta es no. Porque ante la incertidumbre los economistas y banqueros sabemos que la prudencia es la principal consejera y por lo tanto se debió de buscar esquemas crediticios comunes en otras partes del mundo, en donde se encuentran líneas de crédito con períodos de gracia de dos años y plazos de pago en cuotas semestrales de ocho a diez años a tasas de interés razonablemente baratas.

Debemos por lo tanto aprovechar este tipo de líneas de crédito o copiar estos esquemas, considerando que el país aún tiene Grado de Inversión Crediticio.

En este sentido, ante la ausencia de bancos en el país especializados en el otorgamiento de créditos de largo plazo, como una vez existieron y que manejados con honestidad pudieron lograr que se forjaran interesantes empresas en los sectores primarios y secundarios del país y de servicios, el Banco Central de Reserva del Perú y la Corporación Financiera de Desarrollo están llamadas a rehacer la tarea y esta vez con diligencia. Funcionarios capaces tienen y que además recuerdan los esquemas crediticios de largo plazo. Esta es desde mi punto de vista la fórmula financiera para aliviar la presión financiera que están sufriendo las empresas, porque la económica en un mundo sumamente recesado lo trataremos en otra oportunidad.